viernes, 24 de octubre de 2008

NIÑOS DE LA CALLE





Los niños de la calle son, como otros grupos sociales, parte de los excluidos de estos circuitos, pero además su existencia como tal se agrava y reproduce como parte de la lógica de la construcción de estos sistemas internacionales.


En países como México este aspecto se agudiza dada la cultura política que ha prevalecido en el país durante décadas y por las aparentes transiciones en los grupos del poder, que en ocasiones son más bien el reciclaje de los mismos grupos, ya que cambian de apariencia o de denominación, pero no dejan muchos espacios para que otros sujetos participen en los ámbitos de decisión de su competencia. Las consecuencias de esta concentración de poder se notan hasta en las políticas públicas dirigidas hacia lo social, como es el caso de los niños de la calle. Los gobiernos, en el afán de obtener los beneficios de estos sistemas internacionales, dejan de lado las necesidades de amplios sectores de la población y se limitan a la realización de acciones compensatorias que no ayudan a superar la dinámica de la exclusión.
Así, familias y comunidades enteras de donde se originan niños de la calle, han perdido tanto la posibilidad de conectarse a estos circuitos de poder internacional como la capacidad de participar e influir en las decisiones que les afectan de manera inmediata y cotidiana, se trata de una perdida fundamental: la perdida del poder.
El poder de educar, alimentar y promover las mejores condiciones para los miembros de la familia o de la comunidad, en especial de niñas y niños. El poder de comunicarse, de expresar sus ideas, de que estas sean escuchadas y se tomen en cuenta. El poder de actuar de manera individual o colectiva para hacer valer sus derechos.

Es difícil imaginar el sufrimiento de estos niños, a menudo chiquitos (ocho a doce años), demasiado jóvenes para trabajar, hambrientos, golpeados, encarcelados (a veces con adultos) por delitos menores.Son víctimas de enfermedades infecciosas o de toximanía.


LA MITAD MUERE EN CUATRO AÑOS.
Esto significa que un niño que llega en la calle a los ocho años tiene una posibilidad entre dos de llegar a los doce años.
Pero sobre todo están solos. Prueba horrible de esta soledad : en Nouakchott, quatro niños de doce años han enterrado a un niño de diez años sin la ayuda de un adulto.
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Problemas immediatos que necesitan una acción urgente



La necesidad de un lugar para sentirse seguroes fundamental para el niño de la calle.Todos estos problemas inmediatos, finalmente muy simples, podrían resolverse conun pequeño DORMITORIOLUGAR DE ESCUCHA - REFUGIO DE URGENCIA.Garantizando sus mayores necesidades, este lugar permitiríaal mismo tiempo atraer a los niños y conocerlos mejor.





1 comentario:

EQUIPO #3 dijo...

Hola compañera! me gusto mucho tu investigación, de seguro nos sera de gran ayuda para el reportaje en grupo! suerte bye! =)